Dulce Despertar

Buen día!
Qué tal el fin de semana?
El lunes suele costar despabilarse del sueño del fin de semana.

Porque entrar en la ensoñación del fin de semana, es como ver una película. Uno se presta perfecto a esa fantasía de la vida como uno la quiere: tiempo libre, descanso, ocio, disfrute, naturaleza al aire libre o naturaleza interior en casa. Es fácil entrar en la pelicula, pero a veces necesitamos algo de ayuda para salir de ella...un día mas al fin de semana!


Tanto para quienes tienen que salir a trabajar, o quienes tienen que poner a trabajar sus ideas en casa, como yo, es necesario un aventoncito cariñoso para empezar a pedalear la semana con ganas.

Recordé hoy, que cuando era chiquita, los fines de semana que me quedaba con mi abuela, a la hora de dormir me contaba 3 cuentos, que yo podía elegir de una colección que ella  tenía.
Y pensé, que si eso era la puerta de los Dulces Sueños, qué tal sería usar esa misma puerta para un Dulce Despertar...

Así que...
Érase una vez...

La Loba



Hay una vieja que vive en un escondrijo del alma que todos conocen pero muy pocos han visto. Como en los cuentos de hadas de la Europa del este, la vieja espera que los que se han extraviado, los caminantes y los buscadores acudan a verla.
Es circunspecta, a menudo peluda y siempre gorda, y, por encima de todo, desea evitar cualquier clase de compañía. Cacarea como las gallinas, canta como las aves y por regla general emite más sonidos animales que humanos.
Podría decir que vive entre las desgastadas laderas de granito del territorio indio de Tarahumara. O que está enterrada en las afueras de Phoenix en las inmediaciones de un pozo. Quizá la podríamos ver viajando al sur hacia Monte Albán  en un viejo cacharro con el cristal trasero roto por un disparo. O esperando al borde de la autovía cerca de El Paso o desplazándose con unos camioneros a Morella, México, o dirigiéndose al mercado de Oaxaca, cargada con unos haces de leña integrados por ramas de extrañas formas. Se la conoce con distintos nombres: La Huesera, La Trapera y La Loba.
La única tarea de La Loba consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos.

Se arrastra, trepa y recorre las montañas y los arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta junto al fuego y piensa qué canción va a cantar.
Cuando ya lo ha decidido, se sitúa al lado de la criatura, levanta los brazos sobre ella y se pone a cantar. Entonces los huesos de las costillas y los huesos de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo. La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su fuerte y peluda cola se curva hacia arriba.
La Loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar.
La Loba canta con tal intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo.


En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o a su chapoteo en el agua del arroyo que está cruzando, a un rayo de sol o a un rayo de luna que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repente en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.
Recuerda que, si te adentras en el desierto y está a punto de ponerse el sol y quizá te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa... una cosa del alma.

Bien, mis criaturas fantásticas y maravillosas, yo ya elegí la canción que voy a cantar este lunes, en la voz de la hechicera Lila Down.


¿Que himno van a entonar ustedes para soplar animus a sus huesitos?
Les deseo Amor, muy buena semana, y ya ven, si aún siguen cansadas, están de suerte...
<3



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Maira Gall